El viajero amante
de la naturaleza y de la historia que visite Castilla y León no le defraudará,
hay mucho que ver, mucho que disfrutar. No le pasaran desapercibidos los grandes nidos de cigüeña en las iglesias
de muchos pueblos; en gran cantidad de edificios se pueden ver las obras de
esta zancuda que ha elegido vivir cerca del hombre. Le sorprenderá también ver aves rapaces por
doquier, paradas en los postes eléctricos, volando por encima de nuestras
cabezas; solitarias o en grupos. En estas tierras viven muchos Milanos,
Ratoneros, Cernícalos… Castilla es tierra de Avutardas, Estorninos negros, el
autentico Ibérico, de Grullas que alegran con su trompeteo la época más fría
del año.
Es tierra de humedales interiores rodeada de tierras de
labor, en los cuales todos los inviernos son invadidos por cientos y cientos de
Ánsares y otras especies de anatidas y aves asociadas a zonas húmedas que con
sus voces nos avisan de su llegada. Tierra de Buitres, de Trigueros que en
invierno vuelan en grandes bandadas rompiendo el silencio de los páramos
castellanos, de Alondras, Pardillos y Cornejas. Tierra de campos donde sus
habitantes proclaman al viento el derecho a ocupar estos lugares que la
naturaleza les ha cedido.
Tierra en la cual los romanos, en épocas remotas, se asentaron, tierra de Castillos, de Murallas, de una riquísima historia en la que la humanidad fue protagonista en otros tiempos ya pasados. Todo esto y más es Castilla y León.