martes, 17 de julio de 2012

El ave que no quería incubar su propio huevo


 Si hacemos una visita al parque de Can Mercader, quizás lo que mas llama la atención es el griterío por parte de las cotorras que han colonizado este lugar de ocio para los ciudadanos de Cornellà. En cierto modo dan vida al entorno aunque también pueden ser una “molestia,” según como se mire.
  Hace unos días estuve paseando en dicho parque y escuche un sonido en las copas de un alto arbol que se asemejaba a las voces de las cotorras. Quise ver si verdaderamente se trataba de  ellas e intentar identificarla. Al acercarme vi que del lugar donde se escuchaban dichas voces entraba una Urraca, ave también habitual en el pulmón de la Ciudad. Pero no era ella. Los sonidos provenían de un ave de su mismo tamaño que le pedía insistentemente comida. Era un pollo, pero por el reclamo que hacia no era de esta especie. Pude comprobar que se trataba de un Crialo, ave que parasita a las urracas, dejando la tarea de la crianza a estos corvidos. 
  Lo interesante de esta observación, según nuestros datos, radica en que es la primera vez que se reproduce en el termino de Cornellà de Llobregat, ya que citas de esta especie en nuestro municipio tenemos, pero aun no habíamos detectado ningún indicio de reproducción.
  Es un honor tenerla en nuestra lista de especies nidificantes y además contribuye a que las urracas, consideradas dañinas para otras especies de aves al depredar sobre ellas, no sean tan abundantes en nuestros campos. La naturaleza es sabia. Dejemos que siga siendo sabia  respetándola como se merece.

AUTOR. Antonio Salmerón